Agua mineral o del grifo, ¿son igual de saludables?

Resolvemos cinco preguntas recurrentes sobre tan necesaria sustancia.

1. ¿Puedo tomar tanta agua como quiera?

Los expertos son tajantes: no. Tomar mucha agua, de forma compulsiva y sin sentir sed, es un desorden que, a la larga, afecta al funcionamiento de los riñones y la composición sanguínea, según se explica en el manual de trastornos psiquiátricos de la asociación americana DSM-IV.

2. Entonces, ¿el agua no adelgaza?

Al no tener calorías, ni engorda ni adelgaza. Sin embargo, beber antes de las comidas produce saciedad, por lo que el consumo de alimentos es inferior. Eso sí, cuando se hace dieta hay que beber más para evitar que la orina se concentre y pueda producir piedras en las vías urinarias, así como para mantener la piel hidratada.

3. ¿Qué minerales se encuentran en el agua mineral?

Se encuentran, entre otros, el calcio, que es esencial para la formación de la estructura ósea. También potasio, que regula el balance hídrico, así como la sensibilidad y las contracciones musculares. El sodio equilibra la tensión de los tejidos. Los cloruros forman parte del jugo gástrico fundamental para una correcta digestión. Y el zinc, que es vital para la división celular, la cicatrización de heridas y el crecimiento, según datos de la Asociación Española de Aguas Minerales.

4. ¿Es toda el agua igual de saludable?

Sí. Fría o caliente, con gas, mineral o del grifo, todas son igual de saludables. Según la cantidad de cal que contiene, el agua corriente puede ser dura o blanda. La dura proviene de depósitos subterráneos situados en suelos calcáreos, lo que eleva sus niveles de cal y magnesio, lo que le otorga peor sabor. La blanda procede de aguas superficiales y de pozos y su proporción en sales es más baja.

5. ¿Cuándo hay que beber más agua?

Las autoridades sanitarias son claras al respecto: cuando se practique una actividad física, o bien cuando las temperaturas alcancen los 32º y la humedad ambiental supere el 50%. Los ancianos, que suelen reducir su ingesta para controlar la incontinencia, y las embarazadas, también deben aumentar su consumo hasta un mínimo de dos litros diarios, ya que evita la desnutrición y mantiene su estado de salud. Las madres lactantes deben beber tres litros al día.

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Fuente: El País

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Víctor Bouzas Blanco

Licenciado en geografía y Postgrado en Tecnologías Digitales de Documentación Geométrica del CSIC. Especialista en diseño cartográfico y análisis geoespacial.

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