¿Por qué el rural está en guerra contra las energías renovables?

La sociedad rural no está en guerra contra las energías renovables, aunque ve como una agresión la mayoría de los megaproyectos de energías renovables que se expanden en su entorno. Existen varias razones por las cuales la población rural ve como una agresión estos proyectos:

• Impacto ambiental: Los proyectos energéticos pueden tener un impacto negativo en el medio ambiente y la biodiversidad local. Las comunidades rurales suelen depender de los recursos naturales y de la agricultura, y cualquier daño al medio ambiente podría tener graves consecuencias para su sustento. Sus modos de vida dependen mucho de su entorno, por tanto, son especialmente sensibles a los cambios que ocasionan estas grandes infraestructuras. Es importante que se analicen exhaustivamente los impactos, ya que nuestra riqueza ambiental se encuentra en estos municipios rurales.
• Desvirtúan el paisaje: Estas instalaciones desvirtúan el paisaje, pasando de un paisaje rural a un paisaje industrial, perjudicando la percepción de la población local y visitantes.
• Cambio en la forma de vida: La instalación de proyectos energéticos a gran escala, como parques eólicos o líneas de alta tensión, puede requerir la expropiación de tierras y el desplazamiento de comunidades enteras. Esto podría alterar significativamente la forma de vida de las personas que viven en estas áreas. A pesar de que en estos municipios no existe turismo de masas, estas instalaciones pueden provocar la quiebra de las instalaciones de turismo rural existentes. El impacto social de estas instalaciones es muy fuerte en su forma de vida, pero como son espacios poco poblados, se les resta importancia a sus efectos.
• Falta de participación en la toma de decisiones: A menudo, las decisiones sobre la instalación de proyectos energéticos se toman sin la participación activa de las comunidades rurales afectadas. En muchos casos, la población afectada tiene una información muy reducida del proyecto. Esto puede crear un sentimiento de injusticia y falta de control sobre su propia tierra y su futuro. A esto se une que los ayuntamientos de estos municipios rurales no tienen técnicos para valorar y asesorar a sus vecinos sobre estos proyectos.
• Bajo retorno económico: La población rural tiene un reducido retorno económico. Los proyectos energéticos a menudo requieren grandes extensiones de terreno, lo que puede significar la expropiación de tierras de propiedad rural. Esto puede afectar a los ingresos de los residentes y el sustento de la comunidad, especialmente si el proyecto destruye la tierra utilizada para la agricultura o la ganadería. Estas grandes instalaciones apenas crean empleo local y no ayudan al grave problema de despoblación que sufren estos pueblos.
• Molestias, incluso problemas de salud: Algunos proyectos energéticos, como los parques eólicos, pueden generar ruido y vibraciones que pueden afectar la salud de las personas que viven cerca. También pueden haber preocupaciones sobre la seguridad de las líneas de alta tensión y su posible efecto sobre la salud de las personas.

Todas estas razones se aglutinan en multitud de alegaciones contra los parques solares y eólicos.

En el contexto actual de crisis climática y energética, las energías renovables se presentan como la mejor solución. Por esta razón, es importante analizar exhaustivamente el impacto de estas instalaciones y trabajar en colaboración con la comunidad para minimizar cualquier impacto negativo y maximizar los beneficios para todos los involucrados.