POBREZA ENERGÉTICA
La situación de crisis en la que se encuentra nuestro país unido a la escalada incesante del precio de la energía ha provocado que la pobreza energética se generalice en nuestra sociedad. Un gran sector de la población es incapaz de pagar la factura energética para satisfacer sus necesidades domésticas, como mantener su vivienda a una temperatura adecuada. En el mejor de los casos, están obligados a destinar una parte excesiva de sus ingresos (una cifra superior al 10%) para poder hacerlo.
Este problema era muy poco conocido en la población española, ya que se da a niveles domésticos, de manera difusa y dispersa, pero que en los últimos años a transcendico al conocimiento público debido a la crisis. A pesar de la poca información estadística sobre la pobreza energética sabemos que el 10% de la población española era incapaz de mantener su vivienda con una temperatura adecuada durante los meses fríos según la encuesta de Condiciones de Vida 2007 del Instituto Nacional de Estadística. Otras fuentes como la Asociación de Ciencias Ambientales señalan que en España esta problemática seguirá aumentando hasta alcanzar cotas entorno al 15%.
La pobreza energética se debe a tres causas principales:
– Renta familiar con bajo nivel de ingresos. La gran crisis que asola nuestro país ha provocado una gran bajada del poder adquisitivo de las familias.
– Un precio de la energía elevado. En los últimos cinco años se ha incrementado un 50% el precio de la energía, a pesar de que la demanda energética ha bajado.
– Calidad de la vivienda. Gran parte del parque de viviendas habitado están construidas sin criterios eficiencia energética, y un gran porcentaje presentan humedades, goteras o problemas derivados de un mal aislamiento.
Este tipo de pobreza supone graves consecuencias en la calidad de vida de la población. Entre ellas podemos destacar las siguientes: temperaturas de la vivienda inadecuadas, incidencias sobre la salud física y mental (incluyendo mortalidad prematura de ancianos), riesgo de endeudamiento y desconexión del suministro, degradación de los edificios, despilfarro de energía, emisiones, etc.
Este fenómeno lejos de frenarse continúa incrementándose debido al contexto económico actual de crisis y la ausencia de medidas que contrarresten este gran problema. Por tanto, es necesaria una clara voluntad política para frenar este grave problema social.
Autor: Jose M. Taboada
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