La Unión Europea pide a España incrementar la presión fiscal en materia de medio ambiente
La Comisión Europea (CE) ha pedido a España que aumente la fiscalidad medioambiental -cuya recaudación está por debajo de la media de la UE- y que reduzca las subvenciones perjudiciales para el medio ambiente. Además, el Ejecutivo comunitario ha solicitado que el país haga más esfuerzos en la gestión de aguas y residuos y en la calidad del aire como parte de los principales «retos» del país en la implementación de las normas europeas de medio ambiente.
«Aunque se han adoptado algunas medidas en los últimos años, principalmente en el sector de la energía, los avances en materia de fiscalidad medioambiental son muy limitados», indica Bruselas en un documento de análisis sobre la aplicación de la normativa medioambiental por los estados miembros.
En concreto, según la Comisión Europea, «a lo largo de la última década, los ingresos de España procedentes de impuestos relacionados con el medio ambiente siguieron siendo de los más bajos de la UE. Los impuestos ambientales tan solo representaron un 1,85% del PIB en 2014, frente a la media de la UE del 2,46%».
Ante esta situación, el Ejecutivo comunitario -que alerta de que existe una cierta dispersión normativa- insiste en que España «todavía debe afrontar el desafío de desplazar la fiscalidad que grava el trabajo a otros impuestos menos perjudiciales para el crecimiento, además del importante reto de reducir las subvenciones perjudiciales para el medio ambiente».
El plan presupuestario 2017 -al que Bruselas dio su visto bueno- señalaba que España pondrá en marcha una reforma en el ámbito de la imposición medioambiental para asegurar el cumplimiento de los objetivos nacionales de emisiones de gases de efecto invernadero y para lograr una progresiva convergencia con la media de la UE en tributación ambiental.
Subvenciones a combustibles fósiles
Con respecto a las subvenciones a actividades perjudiciales para el medio ambiente, la Comisión Europea apunta que su es otro reto «fundamental», puesto que España «todavía subvenciona los combustibles fósiles, el carbón local, los automóviles de empresa y el gasóleo con respecto a la gasolina».
«España no cuenta con una estrategia global para eliminar las subvenciones nocivas para el medio ambiente, aunque su abandono puede ofrecer ventajas económicas, sociales y medioambientales, permitir una mayor competitividad y contribuir a la consolidación presupuestaria», subraya el estudio. Así, defiende que desarrollar una estrategia nacional para la eliminación gradual de estas subvenciones y ayudas «sería un criterio positivo para España».
Bruselas cree que existe un «margen claro» para revisar los impuestos ‘verdes’, principalmente en los sectores del transporte y la energía, pero también en los ámbitos de la contaminación y el uso de los recursos. A modo de ejemplo, el informe señala que los impuestos municipales de circulación «no siempre reflejan el rendimiento medioambiental de los vehículos».
El agua y el aire, otros retos
Para Bruselas, otro de los «retos» es la gestión del agua, donde España muestra «tasas muy elevadas» en calidad de agua potable y de baño, aunque sigue «enfrentándose al desafío de disociar el crecimiento económico de la gestión del agua». La Comisión Europea propone un sistema distinto de tarifas y que se fomente la reutilización de las aguas residuales, así como «una mayor transparencia de los precios y las subvenciones y la modernización de los sistemas de regadío».
Respecto al entorno marino, detecta amenazas a la biodiversidad en la costa atlántica derivadas de la sobreexplotación pesquera, la pesca con redes de fondo o la contaminación por accidentes como los petroleros. En el Mediterráneo, las amenazas provienen de la contaminación terrestre, «la basura marina, la sobreexplotación pesquera y la degradación de hábitats esenciales».
España también debería aplicarse más, agrega el Ejecutivo comunitario, en la calidad del aire, que sigue siendo «preocupante», en particular en relación con el dióxido de nitrógeno y las partículas», así como en la congestión del tráfico en las principales áreas metropolitanas del país.
Tampoco en gestión de residuos municipales destaca positivamente, ya que «el 55% de los residuos municipales todavía se deposita en vertederos», muy lejos del 28% de media de la UE. «Al ritmo actual de un 33% (16% de reciclaje y 17% de compostaje), España debe intensificar notablemente sus esfuerzos para alcanzar el objetivo de reciclaje de la UE del 50% de los residuos municipales antes de 2020», agrega.
Oportunidades de mejora y «puntos de excelencia»
También destaca la Comisión Europea las oportunidades de España para mejorar sus políticas medioambientales. En particular, propone utilizar el potencial de su «capital natural de gran valor», reforzar la «ecoinnovación» y la eficiencia en el uso de recursos, difundir las buenas prácticas utilizadas en zonas con escasez de agua y promover la reutilización de las aguas residuales.
Por otro lado, el estudio remarca otros campos en los que España es «líder» en la aplicación de políticas medioambientales que podrían servir de ejemplo para otros socios de la UE. Dentro de este grupo destaca la «experiencia y actuación» en la preparación y gestión de proyectos confinanciados por el programa europeo LIFE.
Además, destaca la puesta en marcha de la Red Española de Autoridades Ambientales, el modelo urbano sostenible de ciudades como Vitoria, el uso «significativo» del sistema comunitario de gestión y auditoría medioambientales y de licencias de etiqueta ecológica europea y el portal del ministerio de Medio Ambiente sobre evaluación de impacto ambiental y evaluación ambiental estratégica para planes y proyectos.
Fuente: RTVE
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