La agricultura sostenible cuenta con un nuevo fondo internacional de US$ 1.000 millones

agricultura y degradación
agricultura y degradación

El principal banco mundial de alimentos y agricultura, Rabobank, y ONU Medio Ambiente anunciaron la creación de un nuevo fondo de mil millones de dólares que combina capitales públicos y privados para financiar la agricultura sostenible. Ambas organizaciones invitaron a otras instituciones financieras interesadas a inscribirse en la alianza y a trabajar activamente con compañías globales de producción de alimentos para poner esta iniciativa en práctica.

El objetivo del fondo es otorgar subvenciones, eliminar los riesgos de los instrumentos y créditos para los clientes involucrados en la producción agrícola sostenible, y el procesamiento o comercio de commodities “suaves” que cumplan con estrictas disposiciones de protección y restauración forestal, y consideren la participación de pequeños propietarios.

El Director Ejecutivo de Rabobank, Wiebe Draijer, y el Director Regional de ONU Medio Ambiente para América Latina y el Caribe, Leo Heileman, firmaron el acuerdo durante la sesión plenaria del Consejo Empresarial Mundial para el Desarrollo Sostenible (WBCSD, por sus siglas en inglés), el martes 17 de octubre de 2017, en la Ciudad de México. Como contribución, el WBCSD invitó a unirse a la alianza a otros actores mundiales importantes en la producción primaria, la industria alimentaria y las instituciones financieras a trabajar juntos.

La coalición arrancará en Brasil e Indonesia. En Brasil, se compromete a promover cuando sea factible la financiación de prácticas integrales de cultivos, ganadería y silvicultura en los 17 millones de hectáreas de tierras cultivables existentes bajo la administración de agricultores patrocinados por Rabobank. Esta actividad es parte de la asociación estratégica del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) y Rabobank.

En Indonesia, la alianza tiene como objetivo cubrir planes de replantación para pequeños propietarios en asociación con clientes corporativos. Estas iniciativas incluyen la protección de bosques y biodiversidad, y la restauración y la certificación de palmas aceiteras.

«Rabobank reconoce su responsabilidad de combinar la estabilidad de la producción de alimentos a largo plazo para una población mundial creciente, con la transición hacia al uso sostenible de la tierra», dijo Draijer.

«Por eso iniciamos este programa con nuestros socios, ONU Medio Ambiente y WBCSD. Damos la bienvenida a otros grandes actores mundiales en la producción primaria, la industria alimentaria y las instituciones financieras para trabajar junto con nosotros. Nuestro objetivo es aumentar sustancialmente la calidad de las tierras cultivables existentes y a su vez proteger la biodiversidad y reducir el cambio climático en todo el mundo. Está claro que se necesitan prácticas agrícolas diferentes, que incluyan incentivos y disposiciones para proteger los ecosistemas forestales y restaurar las tierras degradadas, si queremos cumplir con la Agenda 2030 y mantener el aumento de temperatura a menos de 2° C según lo establecido en el Acuerdo de París», añadió.

«El apoyo de líderes de la industria como Rabobank es un primer paso sumamente importante», dijo Erik Solheim, Director Ejecutivo de ONU Medio Ambiente. «Queremos que toda la industria financiera aleje su sistema crediticio de la deforestación y se mueva hacia paisajes integrados, que proporcionen buenos empleos, protejan la biodiversidad y beneficien al clima. El uso sostenible de la tierra y la restauración del medio ambiente se basan fundamentalmente en inversiones sólidas y buenos negocios. Queremos acelerar esta tendencia para que se convierta en la ‘nueva norma’ de la industria financiera».

«Necesitamos más iniciativas que vayan más allá de las palabras», dijo Peter Bakker, Presidente y Director Ejecutivo del WBCSD. «Por esta misma razón, esta coalición debe ser elogiada, ya que brinda posibilidades de financiación para alimentar al mundo mientras se utilizan las tierras de forma sostenible. Esto es solo el comienzo y necesitamos que otros miembros del WBCSD y los principales actores mundiales se unan a esta iniciativa y sigan trabajando en la búsqueda de soluciones empresariales para la agricultura climáticamente inteligente».

Detener el cambio climático y la huella agrícola, y garantizar el crecimiento de la producción para alimentar a unos 9 mil millones de personas en 2050, están entre los desafíos más importantes del siglo XXI.

La agricultura es el segundo mayor motor de las emisiones relacionadas con el cambio climático, y representa alrededor de una cuarta parte de los gases de efecto invernadero anuales totales. Al mismo tiempo, hay más de 800 millones de personas con hambruna y más tendrán que ser alimentadas en el futuro. Necesitamos estimular conjuntamente las mejores prácticas para disminuir la huella de la agricultura y restablecer la calidad de las tierras.


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Víctor Bouzas Blanco

Licenciado en geografía y Postgrado en Tecnologías Digitales de Documentación Geométrica del CSIC. Especialista en diseño cartográfico y análisis geoespacial.

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