Al rescate de las rapaces amenazadas
Durante décadas han formado parte del paisaje rural de España. Los silos para almacenar cereales, que ya los griegos utilizaban hace al menos 2.800 años, permitían disponer de reservas durante los años de mala cosecha para garantizar el abastecimiento de la población. Entre 1945 y 1986 se levantaron 663 silos y 275 graneros en nuestro país, aunque la mayoría de ellos ha ido quedando en desuso o ha sido destinado a otros fines.
Su estratégica localización en zonas cerealistas, sin embargo, ha propiciado un uso inesperado para estas altas y voluminosas edificaciones: sus terrazas se están convirtiendo en el nuevo hogar de aves rapaces amenazadas como el cernícalo primilla (Falco naumanni), el halcón más pequeño que anida en la Península Ibérica.
Fuente: El Mundo