Galicia habla de feísmo que el urbanismo no importa
Galicia una comunidad que le da gran importancia al feísmo como si fuera el mal endémico de nuestro territorio. Muchas veces este ataque está orientado al pobre ciudadano rural, con pocos recursos o formación. Curiosa crítica pedante de los pseudointelectuales gallegos, cuando para ciertos asuntos que afectan mucho más al paisaje y al territorio, la crítica es mucho más sutil. Rara vez esta crítica se dirige a la dejadez urbanística de nuestros gobernantes o los desmanes de las promotoras, bueno a estos sí que se les crítica ahora que quebraron. Pero cuando creaban puestos de trabajo, era un pilar fundamental de nuestra economía había que dejarlos ir haciendo… Que tiempo cuando éramos ricos y vivíamos por encima de nuestras posibilidades…
Me duele la manera que tratamos a nuestro territorio y de nuestro paisaje. Y eso que uno de nuestros baluartes turísticos es el paisaje, o eso es lo que se promociona. Pero si analizamos la repercusión de la planificación urbanística en el paisaje, vemos que es uno de los principales causantes.
Actualmente la legislación urbanística y territorial gallega es mucho más respetuosa y rigurosa con la protección del patrimonio, del medio ambiente y del paisaje. Aún así, si miramos el mapa que tiene la Xunta de Galicia de los planes de que están adaptados a la LOUG (2002) es para echarse a temblar, desde el 2004 sólo 77 concellos, al ritmo que vamos 7 por año, dentro de más de 40 años tendremos toda Galicia adaptada a la LOUG. A este ritmo de planificación y con lo bien ordenado que tenemos el territorio gallego, no me extraña nada que sobren técnicos (arquitectos, ingenieros, biólogos, ambientólogos, geógrafos,etc.) y tengan que emigrar a regiones menos planificadas.
Alguno podrá decir que soy un catastrofista y que me olvido de los planes generales aprobados antes de este siglo. ¿Los habéis consultado? Proponen crecimientos tan irreales y tan insostenibles que hay que dar gracias que nunca se desarrollen. ¿O se han desarrollado? Claro que se han desarrollado, sólo hay que ver el borde costero como se ha urbanizado. Pero aquí no miremos, el problema es que el vecino de 80 años ponga un espantapájaros hecho con la muñeca de la nieta. Por cierto, el feísmo a pequeña escala no será estético pero es funcional, normalmente es una solución improvisada a un problema, pequeño detalle que se olvida en grandes edificaciones que aún no se sabe su función, como es el caso de la Ciudad de la Cultura.
Y porque sucede esta baja o nula planificación del territorio, por muchas razones. Desde mi punto de vista son: la desidia política, los alcaldes tienen poco interés de aprobar un plan general y la Xunta no presiona a los anteriores; baja cultura urbanística de la sociedad en general, que normalmente son manipulados por distintos grupos de interés (político, económico, etc); cambios legislativos urbanísticos, ambientales, paisajísticos,… que ralentizan el procedimiento hasta el extremo.
Gracias a este fabuloso coctel, aparecen urbanizaciones que aprovechan el planeamiento obsoleto y se desarrollan, desvirtuando la trama urbana, con escasas dotaciones y zonas verdes, mientras los grandes promotores hicieron su agosto en nuestras ciudades y villas. Pero los promotores no son los únicos culpables porque existía una complicidad de toda la sociedad, bueno de casi toda. Existían algunos grupos ecologistas y/o vecinales gritando en el desierto, avisando de las consecuencias.
No pretendo defender el feísmo, pero estas pequeñas chapuzas producen una reducida alteración visual y rara vez ambiental, ya que es una práctica muy reutilizadora. Mientras que a otros desarrollos que suponen grandes alteraciones en el paisaje, un gran consumo de recursos y un reducido interés público no se les ataca públicamente porque presentan el aval de instituciones con renombre (público o privadas). Y así vemos la paja en el ojo ajeno (de las pequeñas chapuzas del vecino) y sin ver la viga en el nuestro (y en los grandes actores del territorio, como son las instituciones o las grandes empresas).
¿Seguiremos criticando con dureza los pequeños atentados estéticos en nuestro paisaje y riéndonos de ellos, pero ignorando todas las edificaciones construidas que distorsionan todo su entorno? No lo sé. Mientras se le dé más repercusión a un pendello heterogéneo que a ciertas urbanizaciones (viviendas, polígonos o centros comerciales) insostenibles y que desvirtúan nuestro territorio. Creo que seguiremos igual, aunque siempre podemos mejorar…
Xoel Fasida
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