¿Cuáles son los desafíos en la gestión del agua?

Si nosotros fuésemos albañiles y nos preguntáramos sobre qué bases se va a cimentar la gestión del agua actual para que dure por generaciones, entonces ¿qué se nos viene a la mente?

¿Huella hídrica? ¿Sostenibilidad? ¿Responsabilidad social? Modelamiento Numérico? Creemos que la respuesta es más compleja que esa y que tenemos que «ampliar» nuestra perspectiva para comprender cómo enfrentar los desafíos en la gestión del agua.

¿Cuáles son los desafíos?

O ¿por qué tendríamos que preocuparnos por el agua?
En el colegio nos enseñaron que los recursos se dividían en renovables y no renovables. El agua se consideraba un recurso renovable, sin embargo, la situación ha cambiado.
Nos enfrentamos a un escenario diverso, de cambio climático, de crecimiento demográfico, de falta de recursos y de un nuevo factor… de una nueva escala de las creaciones humanas. El hombre ha incrementado su poder modificador en la naturaleza y esto está estrechamente relacionado con su propio desarrollo.
Tenemos el desafío de controlarnos a nosotros mismos, de conservar los recursos hídricos limitados y no tan renovables, de ser responsables con el consumo y de limitar el impacto de nuestras actividades.

¿Cómo podremos llegar a una gestión sostenible del agua?

Esta respuesta la están buscando los ingenieros en recursos hídricos tanto como los alquimistas buscaban la piedra filosofal. La receta de la gestión sostenible seria un tanto así:

  • 1 taza de conocimiento científico
  • 2 claras de legislación y reglamentación
  • 1 puñado de organismos reguladores
  • 2 tazas de diálogo y búsqueda de objetivos comunes
  • 100 gr de modelamiento numérico
  • 1 taza de capacidad de gestión
  • 1 taza de presupuesto
  • Una pizca de redes sociales, capacitaciones y mucha humildad.

Poner en el horno de la naturaleza humana por 15 años y listo, tendremos el pastel de la gestión sostenible que asegure a nuestras próximas generaciones el mismo recurso que hemos recibido.

El desafió por sectores

Como el pastel de la gestión sostenible es grande, para comerlo lo tenemos que hacer por partes. A continuación mostramos los principales componentes de cada tajada.

Organismos reguladores

Los organismos reguladores tienen un rol prioritario en la gestión del agua, ya que son el control de calidad de los estudios y las iniciativas en recursos hídricos.
Haciendo un parodia, si nosotros dijieramos «oh! y ahora ¿quién podrá salvarnos?», escucharíamos al unisono: «¡el organismo regulador!».
El organismo regulador necesita de muchos insumos como presupuesto, equipos, legislación y lo más importante, gente capaz que quiera hacer cosas. Si tenemos eso, habremos avanzado bastante.

Universidades y estudiantes

Ciertas cosas pasan con los estudiantes, que serán los próximos líderes. El esquema de las universidades peruanas es que son muy proteccionistas con los alumnos, lo que disminuye el rol de investigación que debería gobernar en la universidad. El estudiante va por la ley del mínimo esfuerzo y se convierte en un oyente pasivo, memorista, calificado por exámenes para que luego de 5 años obtener un título.
Los estudiantes deben reclamar cursos más precisos, más aplicados y más estrictos. El producto de la universidad es un profesional con un «universo» de los que pasa en su campo de especialidad.

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Consultores

El tema de ética profesional dentro de los profesionales de recursos hídricos debe reforzarse. Esta especialidad está al borde de lo que científicamente no es tan bien conocido. Los fenómenos que rigen el régimen superficial y subterráneo son espacialmente distribuidos y una variación comprensible bajo un análisis estadístico.
Cuesta mucho para los consultores no tener todas las respuestas, pero el rigor tiene que ser prioritario en nuestros estudios. Si las cosas no se pueden evaluar en función de tener respuestas que puedan ser científicamente sustentables, entonces tendremos que dar un paso al costado, aceptar nuestras limitaciones y trabajar en ellas. Comercialmente este concepto no vende, por lo que el sacrificio es doble.

Población

Por suerte existe un sentido común en la preservación de los recursos hídricos, pero no se tienen los criterios para priorizar los esfuerzos. Es decir, la gente sufre tanto por la extinción de un tipo de leopardo que por una sequía regional.
La población tiene que escuchar, comprender y sacar sus propias decisiones, con lo cual se disminuye las ideas tajantes y se genera una plataforma de diálogo donde se encuentran soluciones.

Conclusiones

Hay que entender que todos nuestros esfuerzos son de largo aliento, donde iremos entendiendo mejor cómo funciona la naturaleza, dónde cometeremos errores y seremos lo suficientemente listos para darnos cuenta y enmendarnos, donde seremos incomprendidos y algún día tendremos 15 minutos de gloria para que a los 70 años podamos tomar un café en París y digamos que fuimos buenos, no tan buenos, pero dimos todo lo que pudimos.
Con eso queremos contrastar el positivismo abundante en el tema ambiental, donde empresas y organismos idealizan la gestión del agua con discursos de un futuro brillantemente sostenible a la vuelta de la esquina. Nosotros no vemos ese escenario posible, sólo vemos un camino de esfuerzo, de gente decidida en donde al otro lado de la montaña el cielo es azul y el agua es clara.
Estas son las horas del planeta donde hay mucho por hacer.

Fuente: www.gidahatari.com

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Víctor Bouzas Blanco

Licenciado en geografía y Postgrado en Tecnologías Digitales de Documentación Geométrica del CSIC. Especialista en diseño cartográfico y análisis geoespacial.

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