Cosas que hace falta saber si quieres comprarte un coche eléctrico

La decisión está tomada: tras mucho leer acerca de la necesidad de reducir nuestro impacto en el medio ambiente y las últimas noticias sobre el desarrollo de los coches eléctricos, el próximo automóvil que tengamos va a estar impulsado, en todo o en parte, por baterías.

Pero para el recién llegado, todo son dudas. ¿Híbrido o totalmente eléctrico? ¿Qué es uno y qué es otro? ¿Son más o menos potentes? ¿Lo tengo que enchufar? ¿Voy a tener problemas para recargarlo? ¿Y el seguro? Hay cosas que el que quiera comprar un coche eléctrico debe tener en cuenta.

  • ¿Híbrido? ¿Eléctrico? A pesar de que ambos sistemas están en el mercado desde hace varios años, aún hay consumidores que desconocen cómo funcionan y cuál es la diferencia. En ambos casos, el vehículo es impulsado por un motor eléctrico. Los vehículos eléctricos puros se alimentan de baterías que se alimentan de un cargador al efecto o un enchufe. Al no utilizar combustible, varias empresas los etiquetan como “de emisiones cero”. Esto no es exacto, porque la electricidad que utilizan puede salir de combustibles fósiles. Los híbridos tienen además un motor de combustible líquido que permite al vehículo tener mejores prestaciones y recargar la batería al mismo tiempo.
  • Va a salir más caro que uno de motor convencional… sea eléctrico o sea híbrido. El sobrecoste de un coche de estas características reside, sobre todo, en el precio de las baterías. En el caso de los híbridos, dependiendo del tamaño del vehículo, la cifra puede ser más de un 10% superior al del mismo modelo con una motorización de combustible líquido. En el caso de los vehículos puramente eléctricos, el precio aumenta. Hay que tener en cuenta que en algunos casos el precio de venta publicado no incluye las baterías —que se alquilan aparte— lo que supone aproximadamente la mitad del coste del vehículo. Aun así, según el departamento estadounidense de Energía, el precio de las baterías se ha reducido un 20% en los últimos cuatro años y se espera que en 2020 se reduzca hasta un 40% del precio que tienen hoy.
  • Hay que conducirlo mucho y en ciudad. “Para rentabilizar un coche híbrido hay que llevarlo alrededor de 30.000 kilómetros al año”, comenta un comercial en un concesionario de Madrid. “El automóvil eléctrico, por sus características, es sobre todo un vehículo para usarlo en la ciudad”, explica. “Los vehículos híbridos en carretera tiran del motor de gasolina y los eléctricos tienen una autonomía muy limitada”. El usuario ideal del coche eléctrico es una persona que utiliza el coche para ir y volver del trabajo y moverse por la ciudad.
  • ¿Qué clase de coches puedo comprar? Aunque el vehículo eléctrico es esencialmente urbano, las cosas han cambiado mucho desde la introducción de los primeros vehículos híbridos hace más de una década. Desde pequeños utilitarios hasta potentes supercoches, pasando por todoterrenos y vehículos comerciales, la variedad y la disponibilidad de esta clase de vehículos crece cada año.
  • Enchufe y aparcamiento. Un vehículo que funciona únicamente con baterías necesita de un período de recarga que supera, en muchos casos, las seis horas. En consecuencia, si va a comprar un automóvil eléctrico puro es más que recomendable tener un garaje o, al menos, una plaza de garaje con un enchufe o donde pueda instalarse un cargador. Algunas empresas ni siquiera autorizan la venta de un automóvil eléctrico a un cliente sin plaza de garaje.
  • Puntos de recarga. Los lugares de recarga para los vehículos eléctricos dependen del país. En España hay 761 puntos de recarga de uso público, de los que 615 son para turismos y vehículos comerciales, según el Ministerio de Industria y Energía. En Estados Unidos, el Departamento de Energía registra casi 20.000.
  • Atención al seguro. En España, varias aseguradoras tienen tarifas específicas para vehículos eléctricos. Una somera comparación muestra que el precio de asegurar un vehículo híbrido es ligeramente más caro que uno de motor convencional de igual potencia y equipamiento. No obstante, según Ángel del Amo, del Colegio de Mediadores de Seguros de Madrid, aún no se puede decir si la diferencia de precio es la norma general. “Hay que tener en cuenta que las aseguradoras calculan las tarifas en base a las estadísticas de siniestralidad, y puede ser que no haya datos significativos todavía”. El coste superior podría justificarse, según Del Amo, porque “el uso urbano y frecuente de estos vehículos supondría una siniestralidad un poco superior a la media”, aunque asegura que “en un mercado muy competitivo es lógico pensar que se irá ajustando con el paso del tiempo y la experiencia de las aseguradoras”.

Fuente: El País

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Víctor Bouzas Blanco

Licenciado en geografía y Postgrado en Tecnologías Digitales de Documentación Geométrica del CSIC. Especialista en diseño cartográfico y análisis geoespacial.

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