¿Cómo los parques y jardines mejoran la salud infantil?

En un mundo cada vez más urbanizado, donde los niños pasan gran parte de su tiempo en entornos cerrados y contaminados, un reciente estudio europeo ofrece una luz de esperanza. Investigadores han analizado datos de más 35.000 niños en ocho países europeos (Dinamarca, España, Francia, Italia, Lituania, Noruega, Países Bajos y Reino Unido) y han descubierto que la exposición a espacios verdes durante la infancia está asociada con mejoras significativas en la salud infantil, especialmente el función pulmonar, la salud cardiovascular, el metabolismo y el bienestar mental.

Un estudio publicado en la revista Environmental International, que presenta un meta-análisis combina datos de múltiples estudios europeos para ofrecer una visión más clara de cómo los entornos naturales afectan a la salud infantil. Los resultados son contundentes: el acceso a parques, jardines y áreas naturales está vinculado a una mejor función pulmonar, menor riesgo de enfermedades metabólicas y una reducción de los síntomas de ansiedad y depresión en los niños.

Respiración más saludable

El estudio muestra que los niños que viven cerca de parques y espacios verdes tienen una mejor función pulmonar. Esto se traduce en mejores valores en las mediciones de FEV1 (volumen espiratorio forzado en el primer segundo) y FVC (capacidad vital forzada), que son dos indicadores clave de la salud respiratoria. Específicamente, los niños expuestos a más vegetación mostraron un aumento del 4,03% en el FEV1, lo cual es un resultado positivo que sugiere que la vegetación puede ayudar a los pulmones a desarrollarse mejor.

Sin embargo, la exposición durante el embarazo no parece tener un impacto significativo en la función pulmonar de los niños. Esto sugiere que la infancia, y no tanto el embarazo, puede ser una etapa más crucial para que los beneficios de los espacios verdes se manifiesten plenamente en la salud respiratoria.

¿Qué pasa con el Asma y el Corazón?

Los resultados relacionados con el asma, las sibilancias y los problemas cardiometabólicos no fueron tan concluyentes. Aunque algunas cohortes señalaron que la exposición a los espacios verdes podría reducir la prevalencia de asma y sibilancias, los hallazgos no fueron consistentes a lo largo del análisis. De igual manera, no se encontraron vínculos claros entre los espacios verdes y los trastornos cardiometabólicos como la obesidad o la hipertensión.

Esto pone de manifiesto que, aunque hay algunos beneficios respiratorios claros, los efectos de los espacios verdes en otras áreas de la salud como el sistema cardiovascular y el metabolismo aún requieren más investigaciones para ser completamente comprendidos.

Impacto en el Desarrollo Neurológico

El desarrollo neurocognitivo también fue un área de interés en este estudio. Sin embargo, las asociaciones entre la exposición a espacios verdes y el rendimiento cognitivo no fueron consistentes. No se observaron mejoras claras en la inteligencia no verbal ni en la reducción de problemas de comportamiento, como el trastorno de déficit de atención e hiperactividad (TDAH). Este hallazgo sugiere que, aunque los espacios verdes pueden tener efectos positivos en la salud mental de los niños, el tipo de vegetación, la calidad de los espacios y la metodología utilizada en los estudios influyen en la variabilidad de los resultados.

El Factor Socioeconómico

Otro aspecto interesante del estudio fue el análisis de cómo el nivel socioeconómico (NSE) influye en los beneficios de los espacios verdes. Se observó que los niños de familias con un NSE bajo parecían beneficiarse más de la proximidad a los espacios verdes en términos de función pulmonar. En cambio, en los niños de familias con un NSE alto, la distancia a los espacios verdes mostró una relación inversa con la función pulmonar, sugiriendo que los beneficios de los espacios verdes podrían depender de factores contextuales, como el acceso y la calidad de los espacios verdes en el vecindario.

Contaminación del Aire: Un Factor a Considerar

Aunque los beneficios de los espacios verdes son claros, el estudio también destaca la importancia de considerar los contaminantes del aire, como el dióxido de nitrógeno (NO2) y las partículas finas (PM2.5). La exposición a estos contaminantes parece moderar los efectos positivos de las zonas verdes en la salud pulmonar. Por tanto, es prioritario mejorar la calidad del aire en las zonas urbanas para maximizar los beneficios de los entornos naturales.

Conclusión

Los parques y jardines no solo son lugares para jugar sino que son  un aliado esencial en la salud infantil. Este análisis europeo refuerza la necesidad de repensar nuestros entornos urbanos y garantizar que todas las personas, especialmente los niños, tengan acceso a estos espacios verdes para favorecer su salud física y mental.

Más información:

Amanda Fernandes et al. «Green spaces and respiratory, cardiometabolic, and neurodevelopmental outcomes: An individual-participant data meta-analysis of >35.000 European children». Environment International, 2024

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Jose Taboada

Licenciado en Geografía, Postgrado en Ordenación y Desarrollo Territorial (USC) y Master de Sostenibilidad y Responsabilidad Social Corporativa (USC).

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