El futuro del automóvil: ¿compartidos y eléctricos?

El futuro del automóvil paso por el uso de combustibles más limpios y la mayor eficiencia del combustible pueden contribuir a reducir hasta cierto punto el impacto del transporte sobre el medio ambiente y sobre la salud. La UE y los fondos nacionales apoyan desde hace mucho tiempo los combustibles alternativos, dando lugar a considerables mejoras en la eficiencia de los combustibles y en el rendimiento de los motores. Sin embargo, también es preciso desarrollar normas comunes y una amplia infraestructura de recarga de combustible con el fin de favorecer el uso más extendido de combustibles más limpios. Los usuarios y compradores de vehículos tienden a elegir vehículos que utilizan carburantes alternativos cuando confían en poder recargar el combustible o la electricidad sin riesgo de agotar el combustible en la carretera.

Para facilitar la construcción de infraestructuras (por ejemplo, puntos de recarga en toda Europa) y unas especificaciones técnicas comunes (por ejemplo, una norma común de enchufe para la recarga), la UE ha establecido una estrategia global de combustibles alternativos que cubre todos los modos de transporte en su comunicación sobre «Energía limpia para el transporte (en inglés)».

En función de las distancias que debe recorrer, un buque de grandes dimensiones tiene necesidades energéticas muy diferentes de las de un coche eléctrico compacto diseñado para viajes cortos en el centro urbano. Dadas estas diferencias, es obvia la necesidad de una combinación integral de combustibles alternativos.

También se prevé que el desarrollo del mercado de combustibles alternativos, incluidas las inversiones en su infraestructura, impulse la economía y cree nuevos puestos de trabajo. De acuerdo con las investigaciones de la Fundación Europea para el Clima, construir coches más ecológicos crearía 700 000 empleos adicionales en la UE en 2025. Además, el mercado de combustibles alternativos también podría reducir significativamente la dependencia de la UE respecto al petróleo y, en consecuencia, limitar también los riesgos económicos asociados a las fluctuaciones en el suministro.

La renovación de las flotas existentes con modelos más eficientes llevará tiempo. Dada la mayor longitud de su vida útil, sustituir las flotas de aeronaves, trenes y barcos llevará más tiempo que la de los coches y camiones. En el caso de los turismos, los programas para compartir coche podrían ofrecer de hecho una alternativa interesante a la del modelo de «un coche por hogar», especialmente para los residentes urbanos, y acelerar la renovación de la flota. Compartir coche también significaría un ahorro para el usuario, ya que los costes de compartir un vehículo (compra, mantenimiento, seguro, etc.) serían compartidos por un grupo de usuarios. También podría reducir el número de coches estacionados en las ciudades. Lo que solía ser un símbolo de estatus social (la propiedad de un vehículo) ya no debe percibirse como tal.

Fuente: UE, TYSmagazine

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Víctor Bouzas Blanco

Licenciado en geografía y Postgrado en Tecnologías Digitales de Documentación Geométrica del CSIC. Especialista en diseño cartográfico y análisis geoespacial.

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