El negocio del reciclaje ilegal

En 2010, el documental Comprar, tirar, comprar ponía sobre el tapete el hoy popular concepto de “obsolescencia programada”; al tiempo, el trabajo de la realizadora Cosima Dannoritzer también advertía de cómo el consumo constante convierte a países como Ghana en basureros electrónicos del primer mundo. La pasada noche, a las 23.00, Documentos TV ofreció el nuevo documental de Dannoritzer, La tragedia electrónica, “un spin-off de que nace de la última secuencia africana de Comprar, tirar, comprar, con lo que se cierra el círculo», según la autora.

La tragedia electrónica viaja por el planeta para seguir los pasos de un lucrativo negocio: el reciclaje ilegal de residuos electrónicos, de los que los países desarrollados producen hasta 50 millones de toneladas al año; provienen de ordenadores, televisores, electrodomésticos… Una marea tóxica que daña el medio ambiente y las vidas humanas, movida por la codicia, la corrupción y, en ocasiones, la falta de medios de control. Según refleja La tragedia electrónica, de 50.000 teléfonos móviles se pueden extraer hasta un kilogramo de oro y 10 kilos de plata, valorados en más de 40.000 euros; además, estos residuos contienen cobre, plomo y otros materiales muy cotizados (por otro lado, el documental refleja cómo, en medio del absurdo, Europa gasta actualmente 130.000 millones de euros al año en importar metales estratégicos, cuando una parte de esa demanda estaría cubierta por medio del reciclado de estos desechos).

De este modo, el documental muestra cómo dos terceras partes de la basura electrónica del continente, contaminante y peligrosa, no llegan a una planta homologada. Su destino es ser exportados ilegalmente a India, China o África. El puerto de Hong Kong recibe cada día decenas de miles de contenedores, lo que conlleva la imposibilidad de controlar por completo la entrada ilegal de materiales. Uno de los pocos países que no prohíben la exportación de estos residuos es Estados Unidos: “el 66% de los que salen del país van a parar a China”, asegura Joan Úbeda, productor ejecutivo de La tragedia electrónica. El documental arranca con la imagen del periodista medioambiental Mike Anane envuelto en toneladas de basura en un vertedero ghanés; allí encontrará una carcasa de ordenador con la inscripción “Leeds City Council”: restos de un aparato perteneciente a un ayuntamiento de Reino Unido hallados en un vertedero de Ghana, algo imposible puesto que la exportación de residuos electrónicos está prohibida en la UE; el documental seguirá a Anane en su kafkiana búsqueda de explicaciones.

Otro ejemplo: en España, Belen Ramos, responsable de Medio Ambiente de la OCU colocó 16 rastreadores por satélite en residuos electrónicos depositados en distintos puntos del país; de ellos, sólo cuatro llegaron a plantas de reciclaje homologadas, con el insólito caso de una lavadora que recorrió 800 kilómetros, solo en Madrid, hasta llegar a una chatarrería). La tragedia electrónica, comenta Joan Úbeda ha necesitado de dos años de lucha, entre el rodaje y el trabajo anterior. Lo más importante ha sido el proceso de montaje, es un documental con muchos datos y ha habido que trabajar mucho para que todo encaje y quede clarificado para el espectador, sin resultar redundante ni aburrido». “Los residuos simbolizan nuestro estilo de vida. Cada pieza de nuestros aparatos electrónicos tiene componentes tóxicos, no es solo un trozo de plástico”, afirma Cosima Dannoritzer, que añade: “el equipo de rodaje volvió de Ghana con problemas en la piel por el humo de los materiales que se queman; los niños que se crías allí respiran ese aire todos los días…”

La emisión de La tragedia electrónica por parte de Documentos TV se enmarca en la campaña que, bajo el lema “Los pequeños gestos son poderosos”, lanza RTVE con motivo del Día Mundial de Medio Ambiente, para teñir su programación de contenidos “verdes” hasta el 5 de junio, y que incluirá desde diferentes piezas en informativos y programas hasta el cine de Versión Española, pasando por un episodio de los Lunnis. Además, RTVE.es lanzará el hashtag #pequeñosgestos, dedicará el portal Somos documentales a concienciar sobre el cuidado del medio ambiente.

Fuente: El País

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Víctor Bouzas Blanco

Licenciado en geografía y Postgrado en Tecnologías Digitales de Documentación Geométrica del CSIC. Especialista en diseño cartográfico y análisis geoespacial.

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