Cuba: Hacia la era de los bioproductos

El uso de biofertilizantes y bioplaguicidas constituye hoy en el mundo y en Cuba, una creciente alternativa para encarar las dificultades que afronta la producción agrícola, como los elevados precios de los productos químicos.

Aunque los efectos de estos últimos en el incremento de las cosechas es más rápido y visible, tienen entre numerosos aspectos negativos, que presuponen mayor consumo energético, y lo que es peor, el deterioro de los suelos, la micro-fauna beneficiosa y de fuentes naturales de nutrientesNo pocos expertos coinciden en que esos medios de origen químico son potentes contaminantes del ambiente y su uso indiscriminado representa además el consumo por el ser humano de una alta dosis de agro-tóxicos, a la cual se asocian consecuencias nefastas para la salud.

Puede añadirse entre los perjuicios que provocan: desarrollo de insectos resistentes a los plaguicidas y accidentes laborales por intoxicaciónDe acuerdo con algunas estadísticas internacionales, un cinco por ciento de los productos para la agricultura comercializados son de origen biológico, lo cual se debe a sus altas cotizaciones, insuficiente divulgación y promoción y, en particular, a su limitado desarrollo industrial.

Algunas publicaciones especializadas consignan que anualmente se invierte en plaguicidas químicos un monto cercano a los 30 mil millones de dólares, sobre todo las compañías líderes del agro-negocio, que ponen en primer plano la rentabilidad a despecho del factor salud. Sin embargo, esta realidad está hoy cambiando pues aumenta la actividad de grupos ecologistas que defienden la reducción o no empleo de esos medios, no obstante su efectividad rápida en controlar plagas y fertilizar los suelos.

AUGE EN CUBA DE LOS BIOPRODUCTOS 

La producción de bioproductos en Cuba, hoy una industria que crece y se multiplica, tiene como antecedente más cercano el surgimiento de la crisis económica que ocurrida tras la desaparición del socialismo en Europa del Este y de la antigua Unión Soviética, los principales socios entonces de esta isla, a la que suministraban, en condiciones ventajosas pata esta, los productos necesarios para su agricultura.

Esta se basaba en la disponibilidad de ingentes insumos de fertilizantes y plaguicidas químicos y otros medios requeridos para su producción agrícola, la cual, al verse de la noche a la mañana sin esas posibilidades, tuvo que acudir a abonos tradicionales y al control biológico de las plagas, y en esa dirección puso buena parte de la actividad investigativa de las instituciones existentes.

Comenzó así el empleo de métodos tradicionales -incluida la tracción animal- y el desarrollo de la producción urbana de alimentos mediante organopónicos y otras instalacionesEn entrevista exclusiva con Prensa Latina, el director del grupo empresarial Labiofam, José Antonio Fraga, fundamentó la importancia del uso de los bioproductos: Dados los efectos dañinos sobre los terrenos y la salud humana del uso excesivo de plaguicidas y fertilizantes químicos, el mundo tiene la obligación -y Cuba es un ejemplo de lo que se puede hacer- de ir sustituyendo esos productos por los de tipo biológico, compatibles con el medio ambiente.

En la actualidad -precisó- se ejecuta en el país un programa prioritario apoyado por la dirección del Gobierno y controlado por los ministerios de Economía y Planificación y Agricultura, destinado a la producción masiva de bioproductosAledaña a la sede de esa entidad empresarial, en la capital, está en fase bastante avanzada la construcción de una planta con capacidad para aportar anualmente seis millones de litros de bioproductos.

Fuente:http://www.elciudadano.cl

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Jose Taboada

Licenciado en Geografía, Postgrado en Ordenación y Desarrollo Territorial (USC) y Master de Sostenibilidad y Responsabilidad Social Corporativa (USC).

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